¡Ey,
príncipe azul! Hace una semana te vi bailando con tu princesa, era un vals de Tchaikovsky… te vi muy
enamorado, en los ojos de tu amada se reflejaban los tuyos. Fue una noche mágica. Tus amigos, otros príncipes, acompañados por
sus princesas, que radiantes bailaban a la luz de la luna.
Te
vi, y no pude dejar de pensar en ese alguien especial, ese alguien que he
esperado para tomar su mano y recostar mi cabeza en su hombro… te imaginé,
alto, galante, varonil, valiente, que tuvieras los brazos fuertes para poder
defenderme en las adversidades. Pero
también te imaginé inteligente, de buenas maneras, alguien a quien podría presentar
en mi círculo social.
Esa
noche a la luz de las velas, te sentí muy cerca, sentí tu gallardía al lado de
mi corazón… sentí que podría ser la princesa que tanto necesitas, esa bella
dama, silenciosa, prudente, elegante.
Imaginé como bailábamos, como todos los demás príncipes y princesas nos
veían con envida… Casi escuchaba las voces de los demás que decían: “Vean esa
hermosa princesa, bailando con ese galante príncipe….”
Luego
vino el miedo ¿cómo una princesa como yo, podría estar al lado de un príncipe
como tú? Tuve mucho miedo, sentí pena por mí, por mi aspecto, por mi actitud…
debía ser la princesa que todo príncipe necesita. Allí a la luz de las velas vi mi reflejo y desperté
de mis sueños…
Volví
a mi realidad, en ese mismo espacio, en ese mismo salón, con esas mismas velas,
pero con otras personas, con otros rostros, con otras actitudes… dejé de lado
la ilusión de buscar príncipes azules, hadas y sirenas, todo ello no podía
ser. Vi a mi alrededor, vi mi realidad,
y vinieron a mi mente nuevas cuestionantes…
¿Por
qué tendría que cambiar yo para que alguien más me aceptara? ¿Tengo que ser yo la princesa sumisa y
silenciosa que todo príncipe esperaría? ¿Debo bajar mi nivel de brillo para que
un príncipe brille?
-¡Basta!
– Me dije… - no quiero ser esa princesa, no puedo ser esa princesa…
Y
allí, en medio de ese vals, en medio de ese salón lo deduje. No necesito, no
quiero un príncipe azul… quiero un hombre de verdad, un hombre tenga sus
propios sueños y aspiraciones, pero que respete las mías. Un hombre que lea,
que se informe, que no tema bailar en público, que pueda presentarlo y que me
presente. Un hombre con quien podamos
construir juntos un futuro prometedor, pero con la certeza que si algún día
termina, mi vida no terminará con él, sino que, será el inicio de una nueva
vida…
Muy interesante tu punto de vista, felicidades.
ResponderEliminarMuchas gracias Maycolle, es parte del proceso al que debemos llegar...
Eliminarbello muy muy bello me inspiras
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