miércoles, 2 de diciembre de 2015

Escucha atento, es el momento de que me oigas… Durante mucho tiempo he permanecido inválido, durante mucho tiempo guardé en mi corazón muchos secretos… Como la primera vez que te vi, o quizá, la ocasión en que te hablé.

No sé si todo lo que significaste para mí, yo, signifiqué para ti… francamente ya no me importa, lo que sé es que ya nada de eso pasará, hoy todo acabó, sin pena ni gloria, con unas palabras mal dichas, unos silencios cómplices, comentarios que se han ido de nuestras manos.

Con cuánto anhelo desee que compartiéramos la vida, hoy sé que eso no sucederá, quise un futuro, pero veo que el futuro no está a tu lado… no me aterra, me da nostalgia.  No lloro, río, por lo que esperé, que no sucedió.

Fueron abiertas heridas que no han cicatrizado, quizá no tuve el tino de cerrarlas… Hasta ayer le confesaba a mi almohada cuando te quise, fue quien custodió mis lágrimas.  Hasta ayer traté de buscarte, pero para esto debo estar en paz conmigo mismo, debo perdonarme por tanto daño que te he causado, y pedirte perdón, perdón por amarte, por ignorarte, por lastimarte…


Mientras te pienso, veo este cielo maravilloso de diciembre, con el humo de un cigarrillo imagino, como éramos antes de que todo esto sucediera… y desde el corazón me nace un… ¡Hasta siempre, extraño! 

No hay comentarios:

Publicar un comentario