Este domingo la Iglesia celebra una gran fiesta: Jesucristo Rey del Universo. La liturgia nos invita, en gran medida, a reflexionar ¿Quién es Jesús? Y ¿Por qué al finalizar el año litúrgico celebramos al rey?Pero antes de hablar del rey debemos entender, aunque sea un poco, el reino. A lo largo del Evangelio Jesús nos da sólo nociones sobre lo que es el Reino, lo demás es pura conjetura; Jesús nos dice que el reino es como un banquete de bodas, cuyos invitados no quisieron ir, que se parece como el sembrador que sale a sembrar, como una moneda que se pierde y luego la encontramos. Pero a su vez Jesús nos dice que el reino NO es de este mundo pero en otra parte nos dice que el reino ya está entre nosotros, francamente eso me genera conflictos ¿es o no es de este mundo?
Y yo, opinión muy personal, he llegado a esta conclusión: a pesar que no es de este mundo, nosotros que si lo somos debemos luchar por hacerlo brillar en nuestra sociedad. El Reino es un lugar donde impera la justicia, la solidaridad, la esperanza, la compasión y sobretodo el amor, porque Dios es amor y donde hay amor allí está Él.
Probablemente como a mí esto me genera algo de conflicto, ya que hemos crecido con la idea que debemos trabajar por el Reino de los cielos, conformándonos con lo que tenemos, agachando sumisamente la cabeza, con lo que tenemos, pero aquí hago propias las palabras de José Luis Cortés “Como están las cosas NO me saben a Dios”A partir de esto ya puedo discernir sobre Jesús ¿Quién es para mí Jesús? ¿Por qué lo sigo? ¡qué tiene Él que no tenga Sócrates, Platón o Aristóteles? Yo ya he tenido mi respuesta Él me da a conocer a Dios, al verdadero Dios.
Pero no es un Dios cualquiera, sino un Dios que es amor y misericordia: UN DIOS QUE ESO OTRA COSA. Hoy que celebramos a Jesús Rey del Universo, me pregunto ¿Rey de qué o de quién? La respuesta lógica sería: “De mi vida” y eso me cuestiona ¿verdaderamente será Mi REY, lo vivo con TODO lo que soy o me quedo sólo con lo superficial? Las personas que se me acercan ¿sienten que yo vivo por y para Jesús? Ese es, para mí, un buen examen de conciencia.La invitación que hoy me hago es a vivir coherentemente mi amor por Jesús, que ese amor que siento y por el que vibro me mueva a valorar más a mis hermanos a solidarizarme con los más necesitados, a respetar a TODOS los seres humanos, sea hombre o mujer, maya, chino, iraní, musulmán, judío o ateo, al final de cuentas en cada uno de ellos habita Dios, porque en realidad no entiendo como hay mucha gente que hace mucha reverencia ante el sagrario y al salir no se digna de saludar a quien está a su par; nos preocupamos más por no recibir la comunión en la mano, mientras pasamos de largo el trato digno a las demás personas.Decir que Jesús es mi rey es hacer vida su proyecto, su misión, su mensaje es anunciar con nuestra vida que hay un mundo más digno, un mundo como el que estaba preparado desde siempre para nosotros un mundo como el que Dios manda, sólo así, con respeto, con amor y solidaridad podemos decir que Jesús es nuestro Rey, porque de nada sirve anunciar a Jesús con nuestros labios, si nuestro corazón no se conmueve con nuestros hermanos.
Y yo, opinión muy personal, he llegado a esta conclusión: a pesar que no es de este mundo, nosotros que si lo somos debemos luchar por hacerlo brillar en nuestra sociedad. El Reino es un lugar donde impera la justicia, la solidaridad, la esperanza, la compasión y sobretodo el amor, porque Dios es amor y donde hay amor allí está Él.
Probablemente como a mí esto me genera algo de conflicto, ya que hemos crecido con la idea que debemos trabajar por el Reino de los cielos, conformándonos con lo que tenemos, agachando sumisamente la cabeza, con lo que tenemos, pero aquí hago propias las palabras de José Luis Cortés “Como están las cosas NO me saben a Dios”A partir de esto ya puedo discernir sobre Jesús ¿Quién es para mí Jesús? ¿Por qué lo sigo? ¡qué tiene Él que no tenga Sócrates, Platón o Aristóteles? Yo ya he tenido mi respuesta Él me da a conocer a Dios, al verdadero Dios.
Pero no es un Dios cualquiera, sino un Dios que es amor y misericordia: UN DIOS QUE ESO OTRA COSA. Hoy que celebramos a Jesús Rey del Universo, me pregunto ¿Rey de qué o de quién? La respuesta lógica sería: “De mi vida” y eso me cuestiona ¿verdaderamente será Mi REY, lo vivo con TODO lo que soy o me quedo sólo con lo superficial? Las personas que se me acercan ¿sienten que yo vivo por y para Jesús? Ese es, para mí, un buen examen de conciencia.La invitación que hoy me hago es a vivir coherentemente mi amor por Jesús, que ese amor que siento y por el que vibro me mueva a valorar más a mis hermanos a solidarizarme con los más necesitados, a respetar a TODOS los seres humanos, sea hombre o mujer, maya, chino, iraní, musulmán, judío o ateo, al final de cuentas en cada uno de ellos habita Dios, porque en realidad no entiendo como hay mucha gente que hace mucha reverencia ante el sagrario y al salir no se digna de saludar a quien está a su par; nos preocupamos más por no recibir la comunión en la mano, mientras pasamos de largo el trato digno a las demás personas.Decir que Jesús es mi rey es hacer vida su proyecto, su misión, su mensaje es anunciar con nuestra vida que hay un mundo más digno, un mundo como el que estaba preparado desde siempre para nosotros un mundo como el que Dios manda, sólo así, con respeto, con amor y solidaridad podemos decir que Jesús es nuestro Rey, porque de nada sirve anunciar a Jesús con nuestros labios, si nuestro corazón no se conmueve con nuestros hermanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario