domingo, 29 de abril de 2012

Carta para quien amo...


Recuerdo que hace un par de semanas pudimos hablar; ya hace mucho que deseaba hacerlo, no te imaginas cuanto tiempo esperé para este momento, siempre me pareció que había mucho que nos teníamos que decir.  Es cierto que ya compartíamos nuestra amistad, que ya antes habíamos hablado, pero como esta no; es siempre importante refrescar nuestro primer encuentro que ya hace tiempo tuvimos: vos un joven soñador e idealista y yo, pues yo.

Me quedé con ganas de decir mucho, de exponer mis puntos de vista, pero este era tu momento, sé que puedo ser duro y parecer que no me importas, pero la verdad lo que espero es ayudarte y verte feliz.

Me has abierto el corazón y eso quiero agradecerlo, me has regalado tu confianza y también lo agradezco, me has mostrado tu herida y has compartido lo que te duele y a partir de ese momento tu dolor se volvió mi dolor, tu tristeza en mi tristeza, tu insomnio en el mío.

Sé que has sufrido, se lo qué lloras por ese dolor, pueda que no lo entiendas pero yo esta allí mientras los demás te herían, yo también era herido.  Hoy lo que más deseo es estar contigo como siempre lo he estado, ahora sé que cuento con tu apoyo como tu cuentas con el mío.

 Tu amigo que te ama, Jesús.
http://www.youtube.com/watch?v=b6wvGmo6fDI

miércoles, 25 de abril de 2012

Sobre la crisis actual!!!


Hay cosas que en realidad no entiendo, muchos podrán decir que es falta de coherencia de mi parte, otros quizá me darían la razón, pero espero abordar estos puntos desde un punto de vista objetivo.

Antes de abordar estos temas me gustaría hacer la observación que no estoy peleado, ni me pelaré con la Iglesia.  Pero creo que es el momento en que pensemos, en que hagamos algo, y sobre todo como miembro de un movimiento católico y como ex-seminarista creo que debo hacer estas observaciones.

Hace un par de días he leído sobre la crisis que estamos viviendo como Iglesia, la falta de sacerdotes, la falta de seminaristas e incluso de gente comprometida con la Iglesia.  Cierto es que ahora hay un despliegue de vocaciones, muchas de ellas en movimientos conservadores ¿Qué nos hace pensar esta situación? ¿Qué sucede con aquellos que ingresan a los seminarios? Creo que en el fondo la respuesta es sencilla: existe una gran necesidad de interiorización, de entrar en uno mismo y discernir el camino vocacional.  Pero ¿qué pasa luego de algunas fases formativas? A pesar de la gran cantidad de personas que ingresan, así es la cantidad de deserciones, entre esas la mía… ¿Qué está pasando?

Soy consciente de la emoción con la que uno ingresa y con la que muchas veces se mantiene en esas fases.  Pero en muchos casos el mantenerse en estas fases implica, por decirlo de alguna forma, el sesgarse como persona, dejar de ser lo que uno es para convertirse en lo que los formadores quieren que seamos.  Muchos me dirán: “Pero entonces ¿para qué entrar?, no tiene sentido si lo que buscan en nosotros es la disponibilidad para formarnos…” y eso tampoco está mal,  pero en lo que no estoy de acuerdo es en OBLIGAR a una persona a que cambie aspectos importantes en su personalidad con el fin último de “pertenecer” a un movimiento, y OJO esto aplica para cualquier movimiento.

¿Qué estamos formando?, en algunos casos personas frustradas que dejaron de ser lo que en esencia son, para convertirse en otra cosa.  Si a eso le sumamos la falta de un buen acompañamiento psicológico, la verdad estamos perdidos.  

Y la verdad es que los formadores de los seminarios no son los responsables, sino los formandos, que hacen eso con tal de no dejar de formar parte de la congregación o no ser sacerdotes.  ¿A costa de qué estamos haciendo eso?  La verdad, como laico, me preocupa esta situación, porque creo en una Iglesia viva, en una Iglesia que es familia, como la soñó el Señor.  ¿Qué tal si autorizaran el celibato opcional?  Sería un buen paso, educaríamos la libertad de la persona, que desea tener una familia y de igual forma servir a Dios a través del ministerio sacerdotal y más aún las homilías en los matrimonios tendrían más sentido y sobretodo nos dejaríamos llevar por el amor, o ¿Qué tal el sacerdocio femenino?  Creo que hay situaciones que una mujer actúa  mejor que un hombre, no está de más decir que yo no poseo un director espiritual, sino una directora espiritual.

Creo que es tiempo que pensemos más.  Hago la aclaración que yo conozco muchos santos sacerdotes que han dedicado su vida entera a la construcción del Reino, que uno sabe que son sacerdotes del Señor, quisiera citar al P. Checchi, al P. Héctor, al P. Rolando, A Carlos Cabarrús, Pedro Jaramillo, Ricardo Bendaña o Eduardo Valdés, sin olvidarme del P. Gabelo; y me enorgullezco de la amistad que tengo con ellos, pero ¿Qué nos espera con la nueva generación de sacerdotes?  Mientras nada cambie creo que lo único que queda es orar por ellos, para que sean valientes y decidan siempre lo que es mejor para ellos, porque al final de cuentas la única vocación es ser feliz…