En los últimos días, todas las redes sociales se han llenado
acerca de opiniones en torno a la conferencia que, magistralmente, dio Emma
Watson ante una comisión de la ONU. He
escuchado el discurso y me he dado a la tarea de leer lo que se ha escrito acerca
de ello.
Por principio, hay un gran número de personas que la apoyan
y otros, más conservadores no, sobre todo por la utilización de la frase “yo
decido sobre mi cuerpo” y “feminismo”. Ante estos argumentos, me he dado a la tarea
de analizar estas posturas y, como es costumbre, llegar a una opinión personal,
que puede estar errada, pero que es mía y por ende la defenderé.
Desde esa perspectiva, considero que el gran problema es la
polarización de la opinión, o algo es completamente bueno o algo es
completamente malo, dándole tintes moralistas a algo que no corresponde.
La respuesta reaccionaria de una parte de ciertos sectores sociales,
siempre me ha dejado en que pensar, especialmente si yo formo parte de estos sectores. Creo, a su vez, que el problema de
la polarización es que ambas partes quieren arrastrar a los contrarios,
tratando de convencer de que los otros son los que están mal y que por ende deben rectificar su postura, anulando completamente la diversidad de pensamiento.
En realidad el problema es muy grave, ya que ella está implicada
de ataques personales a las personas que tienen una postura, aunque sea mínima,
distinta a la que “debería ser”. Pero
allí es donde me pregunto ¿qué es lo que debería ser? , sencillamente no tengo
una respuesta para ello. Pero de algo
estoy convencido, todos y todas tenemos derecho a pensar, sentir y proceder de
la forma que convenga, toda vez no afectemos los derechos de otro ser humano.
Me pronuncio a favor de la libertad de pensamiento, incluso
dentro de los sectores a los que pertenezco, eso, sencillamente, porque soy
un hombre que piensa, si Dios me hubiera creado robot, seguro diría lo
contrario. Claro está, esta defensa va,
también, a los que no piensan como yo, si no ¿qué ejemplo estaría dando?