jueves, 13 de marzo de 2014

¿Qué nos trata de decir hoy el relato de la Creación?

Uno de los conflictos históricos en los que caímos y caemos, como creyentes, es la experiencia, o mejor dicho, el diálogo entre la ciencia y la fe, entre la razón y la creencia, entre lo que nuestra religión propone y lo que la ciencia ha propuesto.


A lo largo de la historia, la respuesta que ha dado la Iglesia no ha sido la mejor, ya que durante mucho tiempo, tomó literalmente el mensaje bíblico, trasladando a los creyentes esa misma interpretación.  Hoy casi veinte siglos después la interpretación bíblica no es la misma, ya que en el camino hemos hecho descubrimientos importantes, desde el ámbito científico y filosófico, que nos han llevado a cambiar esta interpretación.

Recuerdo que en una clase de sociología, el catedrático no hizo esta pregunta: “Si la ciencia ha descubierto que el universo surgió a través del Big bang, propuesta por el sacerdote Georges Lemaitre, por la cual una explosión generó el universo, y la Iglesia propone que el universo fue creado por Dios, como lo comenta el Génesis ¿dónde quedan los dinosaurios?” Esta pregunta me hizo que reflexionara sobre cuál es la respuesta esperada, en realidad la respuesta del catedrática me sorprendió más: “No podemos hacer una mezcla entre lo que propone la fe y lo que es propuesta por la ciencia”. 

Pero hoy todavía hay muchos que toman una explicación literal del relato del Génesis, dejando de lado lo que nos propone la ciencia, que ha sido la pugna entre varios científicos y creyentes.  Esto me lleva a preguntarme ¿Qué es lo que nos trata de expresar el relato de Génesis 1 y 2 hoy?

La respuesta puede sonar muy sencilla para algunos, o por lo menos, para los que nos hemos cuestionado nuestra fe.  Dios crea el cielo y la tierra, que era un caos, creó la luz, la oscuridad, creó el firmamento y apartó las aguas, creó árboles frutales con sus frutos, creó luceros, el sol y la luna, creo los animales de la tierra, las aves del cielo y los peces del mar, coronando la creación con el hombre y la mujer, bendiciéndolos y ordenándoles que se multiplicaran, que crecieran, que llenaran la tierra.  Esto es lo que, parafraseando el texto, nos comenta Génesis uno, todo esto alrededor de siete días de trabajo.  Pero este relato es complementado, por decir alguna palabra, por génesis dos, que propone la creación del hombre y la mujer a partir del barro, dándole poder sobre el cielo y la tierra. 

En ambos relatos la imagen de Dios que se presenta es antropomórfica, es decir que se le da un tinte humano a su presencia entre la humanidad.  Pero estos dos relatos presentan una serie de problemas a nivel científico, preguntas que podrían ser muy burdas, pero que pueden hacer un serio problema en los creyentes, por ejemplo ¿dónde quedaron los dinosaurios? ¿Es posible que el mundo haya sido creado en seis días? ¿Creó sólo Dios el Edén, y dónde quedaron los demás sitios de la tierra?  Estas preguntas pueden ser muy infantiles, pero en el fondo presentan una gran cuestionante: ¿Cómo unificar los criterios entre lo que me dice la fe y lo que me propone la ciencia?

Tanto el sacerdote Georges Lemaitre, como Darwin, algunos años antes, en el cual el universo se formó a partir de una gran explosión, y la humanidad como producto de la evolución de las especies.  Ellos al igual que muchos otros, han probado contundentemente, desde la ciencia, que lo propuesto por el Génesis no sucedió, tal como está escrito.

A título muy personal podría entender ambas posturas, como propuestas, pero ¿cómo responderle a alguien a quien esto sí es un problema, ya que siempre creyó la interpretación literal de la Biblia? Más aún ¿Cómo responder a alguien que hace una serie de argumentos, nada fundamentados, tratando de unificar los criterios científicos y religiosos? Considero que los creyentes del nuevo milenio, debemos entender que ambas son propuestas, una que responde el “COMO” que es la ciencia y otra que es el “PARA QUE” de la fe.
Yo estoy convencido que lo que detrás del relato del Génesis hay un gran mensaje: “Detrás de la creación, está Dios, que la hizo posible” hoy hay muchos creyentes que aceptamos la propuesta científica del big bang, o de la evolución de las especies, sin que esto esté divorciado con la fe, que detrás de esa evolución o del big bang está la mano de Dios que hizo posible que ello sucediera.

Estos relatos bíblicos, nos dejan un mensaje claro, fue Dios quien nos creó, el escritor, inspirado por la Ruah, lo deja claro, y hoy el mensaje sigue siendo el mismo, Dios nos sigue acompañando y renovando la creación, ya que el mundo sigue creándose, y somos nosotros los responsables de cuidarla y respetarla, haciendo presente las palabras del Salmo 8 “Señor Dios nuestro ¡Qué admirable es tu nombre en toda la tierra!”

También es importante hacer notar lo que el papa Juan Pablo II nos escribe en su encíclica Fides et Ratio: “La fe y la razón (Fides et ratio) son como las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad.”[1]



[1] Fides et Ratio 1